Día Internacional de la Lucha Campesina en medio de rechazos a maíz transgénico

http://www.flickr.com/photos/eileendelhi/El 17 de abril de 1996 decenas de policías brasileños atacaron a cerca de 1.500 campesinos sin tierra en el municipio de Eldorado de Carajás, estado de Pará, mientras se movilizaban por acceder a predios para trabajar y vivir dignamente. Las fuerzas públicas asesinaron a 19 integrantes del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra de Brasil (MST) e hirieron a 69. Desde ese repudiable episodio cada 17 de abril se celebra el Día Internacional de la Lucha Campesina.

REDES – Amigos de la Tierra Uruguay recuerda a los campesinos brasileños que fallecieron hace 13 años en Eldorado de Carajás. Reivindica asimismo la lucha de los que día a día trabajan para vivir en sus tierras, producir alimentos para ellos y sus poblaciones, con las semillas criollas que han intercambiado y enriquecido durante milenios, con sus propias culturas y costumbres.

Este viernes REDES – Amigos de la Tierra Uruguay se hará presente en la explanada de la Universidad de la República a partir de las 17 horas, en el marco de la celebración del “Tocó Venir” que recibe a la generación de estudiantes 2009, para conmemorar el Día Internacional de la Lucha Campesina. La organización ambientalista expondrá audiovisuales y publicaciones sobre la lucha de los pobladores del campo de nuestro país.

Silvia Páez, secretaria de la RED de Grupos de Mujeres Rurales del Uruguay (organización que nuclea a 17 grupos de mujeres), considera que “la lucha campesina es algo de ayer, de hoy y de siempre”. “Por eso como mujeres consideramos que la soberanía alimentaria, el cambio climático y la sustentabilidad ambiental no deben ser sólo expresiones verbales, sino conceptos políticos que nos preocupen cada vez más”.

La soberanía alimentaria, principal bandera de los movimientos campesinos alrededor del mundo nucleados en la Vía Campesina, implica el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas de producción, consumo y comercialización de alimentos, poniendo el centro de atención en la agricultura familiar, la producción orgánica, la agroecología y los mercados locales.

Páez agregó: “hemos visto que el derecho a mejorar nuestra calidad de vida se ve comprometido cada día más con el ingreso de conceptos erróneos y confusos, que llevan a nuestros pares a creer que mejorar es introducir ‘nuevas semillas’, ‘nuevos productos’, ‘nuevos métodos’, a cambio de fracasos para la soberanía alimentaria”.

“Nuestro objetivo debe ser vivir dignamente y en parte somos responsables de alcanzar esa meta”, dijo la secretaria de la RED de Grupos de Mujeres Rurales del Uruguay, que al mismo tiempo enfatizó que se necesita apoyo estatal en esta lucha. “¿Encontraremos realmente aliados que se hagan cargo?, ¿habrá gente que prohíba seguir agrediendo nuestro suelo y promueva en cambio el agradecimiento por los frutos que nos da?”, se preguntó Páez.

Este año la Vía Campesina, las organizaciones y movimientos sociales amigos y aliados realizarán hasta 100 acciones en diversas partes del mundo: manifestaciones, teatros callejeros, video proyecciones, acciones directas, conferencias, muestras de arte, mercados de alimentos locales y presentación de publicaciones, entre otras.

Según un comunicado difundido por la Vía Campesina, “la resistencia de los pueblos es cada vez mayor en todas partes y el movimiento por la soberanía alimentaria está ganando reconocimiento en los escenarios político y social”. El documento destaca que el 14 de abril el gobierno alemán prohibió el cultivo y venta del maíz transgénico MON 810, perteneciente a la empresa estadounidense Monsanto, por sus daños al medio ambiente. Otros cinco países europeos -Francia, Austria, Hungría, Luxemburgo y Grecia- han prohibido temporalmente el cultivo de ese maíz transgénico en sus territorios. Como consecuencia, la Unión Europea como bloque se cuestiona estos días la aceptación de ese transgénico. Esa variedad genéticamente modificada se produce y comercializa en nuestro país.

Karin Nansen, integrante de REDES, destacó los cuestionamientos que enfrenta el maíz transgénico de Monsanto en Europa, al tiempo que lamentó la presencia de ese cultivo en Uruguay. “La permanencia de la agricultura familiar y campesina, y por tanto la producción de alimentos, se ven amenazadas por el modelo devastador, concentrador e injusto de la agricultura industrial controlada por las transnacionales”, dijo Nansen. “La lucha contra los transgénicos, los monocultivos y el control de nuestras tierras y alimentación en manos de las transnacionales es imperativa si queremos garantizar alimentos suficientes y sanos para nuestra población”, finalizó.

Por más información:
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Karin Nansen – Mauro Pintos
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