Productores rurales uruguayos siguen denunciando la escasez de agua en varias zonas del país como consecuencia de la implantación de los monocultivos de árboles. Cada vez son más los casos de familias rurales que son abastecidas con camiones cisterna de las intendencias departamentales para su vida cotidiana.
REDES-Amigos de la Tierra Uruguay advierte una vez más sobre los graves efectos de los monocultivos forestales para las fuentes de agua del país, especialmente en los casos en que las plantaciones se realizan cerca de las fuentes del vital recurso.
Uno de los casos más renombrados ha sido el del antiguo poblado de Las Flores, ubicado a tres kilómetros de Piedras Coloradas (Paysandú), en una zona con unas 40.000 hectáreas forestadas. Las plantaciones llegaron hasta muy cerca del poblado. El impacto comenzó a percibirse luego de algunos años de iniciada la forestación y los pozos de hasta 22 metros se fueron secando. Hoy existe un único pozo con agua, de 55 metros de profundidad.
La gente tuvo que abandonar el poblado y de las 40 familias que vivían de la actividad agrícola quedan en ese lugar taperas y alguna casa ocupada. A esa localidad hoy se la conoce como “Pueblo Seco”.
Se estima que un eucalipto consume por día unos 20 litros de agua. Si cada hectárea contiene en promedio unos 1.000 árboles, hay un consumo diario de unos 20.000 litros de agua, que serían unos 20 metros cúbicos por hectárea y por día. Si se multiplica esa cifra por 800.000 hectáreas, que se estima es aproximadamente el total de la forestación en el país, los monocultivos de árboles estarían consumiendo diariamente 16 millones de metros cúbicos de agua.
Varias escuelas rurales inclusive han sufrido la falta del recurso porque la forestación en torno a los predios escolares provocó una disminución de la napa freática. En períodos de sequía, como se han sufrido en Uruguay, las consecuencias han sido mayores aún.
Debería llamar la atención la coincidencia entre las zonas más forestadas y las más afectadas por la falta de agua. Hay algunos casos muy concretos y claros como los de las zonas de Cerro Alegre y Paraje Pence en Soriano. Allí desde 1998 los chacreros locales vienen denunciando la falta de agua debido a la forestación. Año a año aumenta el número de familias que deben ser abastecidas por camiones cisterna de la intendencia departamental.
Las reiteradas denuncias sobre la falta de agua en las zonas forestadas se suman a las de los impactos en el suelo, en la biodiversidad, además de los cambios en la propia estructura de tenencia de la tierra del país: crecientes procesos de extranjerización y latifundización.
REDES-Amigos de la Tierra Uruguay llama nuevamente a estudiar los impactos de la implantación de los monocultivos de árboles en el país antes de seguir con una política forestal que, al tiempo que afecta el medio ambiente y a nuestros productores rurales, nos roba soberanía nacional.
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María Selva Ortiz
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