Una vez más, este 21 de septiembre organizaciones sociales y ambientales, junto a comunidades locales, reiteran en todo el mundo su rechazo al avance de los monocultivos de árboles, que cual ejército invasor avanzan sobre los territorios de los países del Sur.
Este ejército marcha en todo el mundo y los territorios de numerosos pueblos de África, Asia y América Latina están siendo invadidos y apropiados por grandes empresas –nacionales y extranjeras–, para destinarlos a la plantación de monocultivos de árboles a gran escala. El objetivo es producir materia prima abundante y barata para varias industrias (celulosa, madera, energía, caucho), así como para la instalación de “sumideros” negociables en el mercado de carbono.
En Uruguay somos testigos de cómo en los últimos años, latifundios forestales de empresas extranjeras han ocupado enormes áreas de tierra. Esto ha implicado la expulsión del campo de numerosas familias rurales, el acorralamiento de otras, pérdidas sociales, ambientales, culturales y paisajísticas.
El modelo masificado de plantaciones de árboles ha ido cercando a pueblos y ciudades: Tranqueras en Rivera, Greco en Río Negro, Cerro Alegre y Pence en Soriano, Piedras Coloradas, Pandule, Pueblo Gallinal y Cerro Chato en Paysandú, por nombrar algunos. Caminos y rutas de acceso y salida, también bordeados de masas forestales, ponen a estas poblaciones en una situación de enorme riesgo en caso de incendios forestales.
Pero no sólo los pueblos han sido cercados por el avance forestador. En el departamento de Treinta y Tres, la Quebrada de los Cuervos, un área protegida, está siendo rodeada por empresas forestales extranjeras que a ritmo vertiginoso han ido comprando campos para plantar eucaliptos y pinos, utilizando especies que son invasoras en esa región del país.
El problema del latifundio siempre fue grave en el Uruguay ganadero. El problema del latifundio se ha agravado con el Uruguay forestal. Tres empresas transnacionales: Weyerhaeuser (Estados Unidos), Forestal Oriental (Finlandia) y Montes del Plata (Finlandia-Suecia-Chile), poseen más de 600.000 hectáreas de campos en nuestro país (la misma superficie que el departamento de Colonia, u 11 veces la superficie del departamento de Montevideo).
Por esa razón y con motivo del Día Internacional contra los Monocultivos de Árboles, nos unimos al llamado internacional a redoblar esfuerzos para apoyar la lucha de quienes hoy resisten contra la invasión de sus territorios por parte de empresas plantadoras. Y reiteramos a nuestros gobernantes la imperiosa necesidad de evaluar los costos sociales y ambientales que nos está dejando este modelo de producción en manos del capital extranjero.
¿Por qué esta fecha?
En el año 2004, a partir de una iniciativa de la “Red contra el Desierto Verde” de Brasil –que tiene una larga historia de resistencia a las plantaciones forestales–, se escogió el 21 de septiembre como una fecha significativa para conmemorar a nivel internacional la lucha contra los monocultivos de árboles. Otros y otras la siguieron y la fecha fue adoptada inmediatamente por numerosas comunidades y organizaciones que resisten a las plantaciones en sus propios países e internacionalmente. Desde entonces, son cada vez más quienes se suman realizando distintas actividades en esta fecha y ayudando así a crear conciencia sobre los impactos sociales y ambientales de las plantaciones.
En Uruguay, junto a otras organizaciones, el Grupo Guayubira (que REDES – Amigos de la Tierra Uruguay integra) se sumará una vez más a la jornada mundial de resistencia a las plantaciones.
Por más información:
REDES – Amigos de la Tierra Uruguay
María Selva Ortiz
2 908 27 30 – 099 259 822
agua@redes.org.uy