El Equipo Argentino de Antropología Forense identificó que los restos óseos de un cuerpo encontrado en Buenos Aires, capital del país, a fines de la década de los 80, pertenecen al ciudadano uruguayo Alberto Cecilio Mechoso Méndez, detenido en Argentina el 26 de setiembre de 1976 y desaparecido desde ese entonces.
Exámenes de ADN, a partir de muestras genéticas proporcionadas por la Secretaría para los Derechos Humanos de la Presidencia de Uruguay, fueron los que permitieron al equipo técnico argentino hacer la identificación de los restos que se guardaban hace décadas. El anuncio oficial de la identificación se hizo el 23 de mayo.
Anteriormente los especialistas argentinos no contaban con el Banco de muestras genéticas que la Secretaría para los Derechos Humanos de la Presidencia uruguaya ha hecho en los últimos años y que se propone completar con los familiares de todas las personas desaparecidas denunciadas.
Alberto Mechoso nació en el departamento de Flores el 1º de noviembre de 1936 y era militante de la Federación Anarquista Uruguaya y luego de la Organización Popular Revolucionaria 33 Orientales. Fue asimismo fundador y activo militante del Partido por la Victoria del Pueblo, gremialista en la Federación de Obreros de la Industria de la Carne y de la Convención Nacional de los Trabajadores.
Radio Mundo Real entrevistó a Mara Martínez, de la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos, para conocer sus reflexiones luego de la aparición de los restos de Mechoso. También queríamos tener sus impresiones a poco de realizarse en Montevideo, capital uruguaya, la decimoséptima Marcha del Silencio, en la que miles de personas reclamaron “verdad y justicia” ante los crímenes cometidos por los militares en la Dictadura de 1973-1985.
Martínez dijo que siempre “mueve mucho” la aparición de restos de personas desaparecidas, porque las familias se han imaginado cosas a través de los años que a veces no van de la mano con lo que pasó realmente. Es algo de lo ocurrido con Alberto Mechoso: sus familiares y la propia organización que los integra pensaban que había sido trasladado a Uruguay. Sin embargo, sus restos aparecieron en el Canal San Fernando de Buenos Aires junto a otros cuerpos. De todas formas, Martínez evaluó que la aparición de los restos de Mechoso es un “avance” que sirve para “esclarecer” los hechos. Es un “alivio”, pero también “uno queda queriendo saber más”, agregó.
El dirigente uruguayo fue una víctima más del Plan Cóndor, estrategia de coordinación de inteligencia y represión de las Dictaduras militares del Cono Sur en las décadas de los 70 y 80, que tenía el apoyo del Pentágono, sede del Departamento de Defensa estadounidense. Decenas de cuerpos de uruguayos han sido encontrados en Argentina y también viceversa. Muchos de ellos presentan las señas de las torturas y tremendos padecimientos a los que fueron sometidos. Además, el Equipo Argentino de Antropología Forense tiene cientos de cuerpos en los que tiene que seguir trabajando para identificarlos, ahora con un muestreo genético uruguayo amplio. Es dable esperar que muchos de esos restos sean de esa nacionalidad.
En tanto, Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos estima que hay en el país al menos unas 60 personas desaparecidas, contando gente trasladada desde Argentina.
El 20 de mayo se hizo la decimoséptima edición de la Marcha del Silencio en Montevideo, convocada por varios grupos y entre los que se destaca Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos. Bajo la consigna “Los vamos a encontrar” miles de personas marcharon en silencio por la principal avenida de la capital uruguaya, 18 de Julio, y reclamaron “verdad y justicia”. Para Martínez la movilización fue un “gran logro”, que “sigue reclamando trabajar y continuar buscando la verdad y ahora la justicia, en la medida en que se han reabierto las causas”.
La activista reconoció que esta edición de la Marcha del Silencio fue especial, ya que en los últimos meses se han encontrado en Uruguay los restos del maestro y periodista Julio Castro y del dirigente sindical Ricardo Blanco, que se sumaron a los de Ubagesner Cháves Sosa y Fernando Miranda, hallados años atrás en el país. Son los cuatro cuerpos de detenidos desaparecidos en la última Dictadura que se encontraron e identificaron en Uruguay hasta ahora. “Este año con estas apariciones en Uruguay creo que se viene reafirmando cada vez más que hay que seguir trabajando y que hay que seguir buscando”, dijo Martínez.
La activista lamentó que los militares hayan preferido mentir durante décadas en lugar de entregar los cuerpos de las personas asesinadas y desaparecidas, a pesar de que los protegía la Ley de Caducidad, que no permitía que fueran condenados legalmente. También destacó que los restos de Julio Castro, “una persona de paz”, mostraron que fue ejecutado con un tiro en la nuca, lo que “moviliza muchísimo”.
Ahora el contexto es otro, la Ley de Caducidad quedó sin efecto en 2011. Martínez reconoció la labor del gobierno en la búsqueda de restos humanos y de la verdad, y dijo que espera que la Justicia avance. La consigna “Los vamos a encontrar creo que tiene que ver con este año en particular porque hacía muchos años que no se usaba”, manifestó. “Encontrar sus restos y encontrar la verdad”, aclaró finalmente.
Escuchar audio en nota original de Radio Mundo Real: http://radiomundoreal.fm/5551-entre-el-alivio-y-el-dolor?lang=es