La cumbre de Rio+20 fue una oportunidad perdida de dar pasos importantes para revertir la grave crisis ambiental y social que enfrenta el planeta, afirmó ATALC. El poder de las grandes empresas transnacionales, su cooptación de los espacios de la ONU, la falta de compromiso y los intereses mezquinos de los países desarrollados se impusieron en Rio de Janeiro.
En contrapartida, ATALC destaca que la paralela Cumbre de los Pueblos reunió a decenas de miles de personas de todos los continentes en una nueva lógica, con plenarios de convergencia y asambleas, donde los pueblos del mundo dialogaron y analizaron en clave política las amenazas que enfrentan y sus soluciones. Mujeres, campesinos, indígenas, comunidades negras, pescadores, afectados por grandes corporaciones y ecologistas, entre otros, convergieron en posiciones conjuntas, ocuparon las calles de Rio de Janeiro en movilizaciones multitudinarias y acordaron una agenda de luchas.
Las numerosas manifestaciones y acciones colocaron el poder popular en las calles para denunciar la economía verde, los desastres ambientales y sociales causados por las corporaciones transnacionales, el capitalismo como causa estructural de las diversas crisis y la criminalización de la lucha social, entre otras cosas.
“Los países desarrollados se negaron una vez más a asumir su responsabilidad ante las crisis, y junto a las corporaciones transnacionales impulsaron la economía verde, una plataforma política para un nuevo proceso de apropiación y privatización de la naturaleza y los territorios. Lo que necesitamos es un cambio de sistema que nos permita enfrentar con seriedad las crisis climática, energética, alimentaria, financiera, entre otras”, dijo la activista Lucia Ortiz, representante de Amigos de la Tierra Brasil. “Además, tanto en términos del proceso como del resultado, confirmamos una vez más la cooptación empresarial de los espacios de decisión de la ONU, que salvaguardan los intereses de las corporaciones en lugar de crear mecanismos legales para controlarlas y atender las denuncias de los pueblos”, agregó.
Por su parte, Danilo Urrea, de CENSAT Agua Viva – Amigos de la Tierra Colombia, aseguró que “el proceso previo a las negociaciones de Rio de Janeiro tuvo reuniones a puertas cerradas y muchas dificultades para acceder a la información”. “No queremos letra muerta, sino atención real a las soluciones de los movimientos sociales. La economía verde es una agenda política que profundiza la lógica capitalista de mercantilización de la naturaleza, de poner un valor económico a los bienes naturales para hacer negocios. Si bien algunos gobiernos de países en desarrollo, especialmente los del ALBA, parecen haber escuchado nuestras voces, debemos estar alertas”, dijo el dirigente.
En tanto, la soberanía alimentaria, la reforma agraria y la agroecología, la economía solidaria y feminista, el derecho humano al agua, el manejo comunitario de los bienes comunes, son algunas de las soluciones de los pueblos. “Las alternativas existen, si no se ponen en práctica es porque nuestros gobiernos no tienen la voluntad política para hacerlo”, consideró Grace García, de COECOCEIBA – Amigos de la Tierra Costa Rica. Por su parte, Martín Drago, de REDES – Amigos de la Tierra Uruguay, agregó que “las movilizaciones populares han sido impactantes en Rio de Janeiro”. “Los movimientos sociales tomamos las calles de esta ciudad para hacer oír nuestras voces. La lucha está en las bases, en las comunidades, en el campo y en las ciudades, y es hora de que nos escuchen. La naturaleza y los pueblos no admiten más demoras”, cerró Drago.
Amigos de la Tierra de América Latina y el Caribe (ATALC)
Por más información:
Lucia Ortiz, Amigos de la Tierra Brasil, teléfono 6968 7826, lucia@natbrasil.org.br
Danilo, CENSAT Agua Viva – Amigos de la Tierra Colombia, teléfono 6964 0907, agua@censat.org
Grace García, COECOCEIBA – Amigos de la Tierra Costa Rica, teléfono 6950 4442, graciagarcimunoz@gmail.com
Martín Drago, REDES – Amigos de la Tierra Uruguay, teléfono brasileño 8031 9324, martin.drago@redes.org.uy