Se conmemora Día Mundial de lucha contra los Agrotóxicos, “corazón” del modelo de los agronegocios. En Uruguay, los efectos llaman a un debate sobre el modelo productivo y el papel del Estado.
El 3 de diciembre se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de Lucha contra el uso de Agrotóxicos y por la Vida, fecha en la que se recuerda el desastre ocurrido en 1984 en Bhopal, India, cuando se derramaron 45 toneladas de venenos en una planta de pesticidas propiedad de la empresa norteamericana Union Carbide (posteriormente adquirida por Dow Chemical), tras lo cual fallecieron 8.000 personas y decenas de miles fueron afectadas.
La fecha ha sido asumida por los movimientos ecologistas, agroecológicos, de campesinos, campesinas, pescadores, productores familiares, que enfrentan el modelo del agronegocio y sus consecuencias de degradación ambiental e injusticia social, del cual precisamente los agrotóxicos son parte fundamental.
Los problemas derivados del uso de agrotóxicos han dejado de ser una cuestión exclusiva del campo y se han convertido en un problema ambiental y de salud pública en América Latina. Los agrotóxicos contaminan el agua, la tierra, las plantas, la comida, los animales y los seres humanos.
Esos productos surgen en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando las fábricas de armas químicas se adaptan para su utilización en la agricultura. Este modelo llamado “Revolución Verde” tenía como objetivo declarado el aumento de la producción de alimentos para acabar con el hambre en el mundo. Después de más de 50 años, vemos que el hambre continuó aumentando, y el modelo de la Revolución Verde sólo ha servido para incrementar los problemas sociales y ambientales y las ganancias de las empresas. Según los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por su sigla en inglés) hay más de mil millones de personas que pasan hambre en el mundo, y no por falta de alimentos sino por la lógica de explotación y acumulación del actual modelo de agricultura, el Agronegocio.
El uso de agrotóxicos es uno de los principales pilares del modelo del agronegocio en nuestro continente y también en nuestro país, donde el cultivo de granos para commodities con semillas transgénicas de soja o maíz –“diseñadas” a la medida de los agrotóxicos, herbicidas e insecticidas que las mismas empresas producen– y la forestación de cuño transnacional, abarcan un área creciente que ya ronda los dos millones de hectáreas.
Nuevos eventos transgénicos recientemente liberados aseguran una continuidad en la importación y aplicación masiva de agrotóxicos como ha venido ocurriendo desde 2005, acompañando el área de cultivos agrícolas que los requieren.
A pesar del ocultamiento mediático masivo y una relativa indiferencia oficial al respecto, las consecuencias negativas del uso masivo de agrotóxicos sobre la salud pública, las cuencas hidrográficas y la producción de alimentos a escala familiar, ya se han hecho evidentes en nuestro país.
En 2012, REDES – Amigos de la Tierra Uruguay registró algunas de estas consecuencias en dos producciones audiovisuales que se encuentran disponibles en la web. Ver videos en: https://www.redes.org.uy/2012/01/31/efectos-colaterales/
Asimismo, un reciente trabajo académico relevó algunos efectos del uso de plaguicidas sobre la salud humana, y concluyó, entre otros aspectos, que “en los años 2010, 2011 y comienzos de 2012 han ocurrido hechos insólitos en la aplicación de plaguicidas en nuestro país: la deriva o no de aplicaciones aéreas y terrestres han llegado a escuelas, con repercusión en la salud de sus ocupantes” (“Plaguicidas, salud y ambiente”; Burguer Mabel y Pose Román Darío, Red Temática de Medio Ambiente – UdelaR, Uruguay Sustentable, REDES – Amigos de la Tierra Uruguay, 2012) .
Fumigaciones de escuelas y tomas de agua potable, incremento de enfermedades respiratorias y de la piel asociadas a las temporadas de mayores aplicaciones, mortandad masiva de peces y colmenas, entre otros elementos aún no sistematizados, han sido muestras claras de los efectos de los agrotóxicos en el medio rural uruguayo.
Desde el punto de vista del Estado, incluso, se ha llegado a reconocer las permanentes erogaciones que debe realizar la empresa pública OSE para “mitigar” el alto nivel de agrotóxicos en agua destinada al consumo humano en ciudades y pueblos, en particular del herbicida atrazina.
A nivel de América Latina, diversas organizaciones ecologistas, de campesinos, productores rurales, mujeres, académicos, integran la Campaña Continental Contra Agrotóxicos, que cuenta con diversos capítulos nacionales, denunciando los efectos del uso masivo de estos venenos sobre poblaciones rurales y urbanas.
Precisamente en Argentina, recientes fallos judiciales han condenado a agricultores sojeros y empresarios de servicios agrícolas por su responsabilidad en el delito de “daño ambiental continuado”, con penas importantes al poderse comprobar el nexo entre el uso de agrotóxicos en las inmediaciones de la ciudad cordobesa de Ituzaingó Anexo y el incremento exponencial de enfermedades graves entre la población.
En esta fecha, desde REDES – Amigos de la Tierra Uruguay ratificamos la condena al modelo del agronegocio basado en el uso masivo de agrotóxicos, y reclamamos un debate nacional abierto sobre los impactos del mismo y las alternativas existentes.
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