Este informe presenta una sistematización actualizada sobre algunos de los principales actores empresariales del agronegocio en Uruguay, en un marco regional en el cual se ha consolidado plenamente el modelo agroexportador de commodities para los mercados globales. El elemento novedoso del presente ciclo de acumulación de capital del agronegocio a nivel regional parece ser que luego de la crisis global de 2008, los activos financieros de los inversores transnacionales se volcaron fuertemente a la compra de tierras y proyectos de explotación de recursos naturales en el Sur global. Y nuestra región no escapó a esa tendencia, sino que muy por el contrario, es una de sus principales protagonistas.
A nivel de Uruguay, se intentó identificar quiénes son y qué hacen los actores del agronegocio, enfocándonos en los dos principales rubros en los cuales se desarrolla el modelo del agronegocio, como son la soja y la forestación. En cuanto al quiénes son, se trata de intentar identificar cuáles son las empresas dominantes en cada sector, y en un segundo punto qué estrategias utilizan para maximizar las ganancias de sus proyectos de inversión. Una característica común que presenta el avance del agronegocio en Uruguay con respecto al plano regional (y global), es que su dinámica consiste en ir adquiriendo cada vez mayores cantidades de tierras, controlando los territorios con una lógica productiva basada en la maximización de las ganancias.
El “control del territorio” es una mirada a las relaciones de poder que se desarrollan en los diferentes espacios sociales; utilizar esta idea facilita la identificación de los actores que efectivamente “controlan” un territorio dado, incidiendo sobre los conflictos sociales, imponiendo una determinada lógica de producción y reproducción de la vida, aplicando una “ley de hecho” que es entendida como el conjunto de normas efectivas que si no son respetadas, se despliegan diferentes mecanismos de presión (económica, social) para mantener ese determinado “orden”.
El control del territorio es el resultado de un proceso socio-económico e histórico por el cual determinados grupos sociales logran establecer e imponer ese determinado “orden social”. Se trata entonces de una mirada que busca en primer lugar, distinguir entre los grupos sociales que tienen a su alcance mecanismos de poder y los grupos que carecen de dichos mecanismos y deben por tanto aceptar las condicionantes estructurales que le son impuestas. Esta mirada implica analizar las conexiones existentes entre los grupos económicos que controlan las tierras productivas y el poder de los Estados. Más allá que los Estados nacionales detentan formalmente el monopolio del poder, en los territorios particulares son determinados actores económicos los que “controlan” el proceso de producción y reproducción social.
El predominio de un determinado tipo de producción es siempre una “economía política”, y en el caso de la hegemonía del agronegocio, ésta se manifiesta en los niveles económico, productivo, social, cultural y político. El agronegocio es el modelo dominante en la región y en Uruguay, en tanto su lógica de producción es alentada desde los Estados y conducida por actores empresariales de gran poderío económico y político.