“Se ha reconocido a nivel mundial de alguna manera que la agricultura campesina, familiar, que los productores familiares, son quienes tienen un rol protagónico en resolver” la crisis del hambre en el mundo. “Pero eso muchas veces no se ve traducido en lo que día a día enfrentamos y no hay políticas todavía que estén apuntando y fortaleciendo este tipo de producción y menos aún la producción ecológica”, dijo la activista Karin Nansen en la apertura de la 5ª Fiesta Nacional de la Semilla Criolla y la Agricultura Familiar en Uruguay.
“También vemos que este tipo de iniciativas como la Red de Semillas (Criollas y Nativas) tampoco cuentan con el apoyo ni las políticas necesarias para poder desplegarse y desarrollar todo su potencial”, agregó la coordinadora de REDES – Amigos de la Tierra Uruguay en la localidad de Valle Edén, departamento de Tacuarembó. Allí hizo una cobertura especial Radio Mundo Real.
La “5ª Fiesta Nacional de la Semilla Criolla y la Agricultura Familiar: construyendo la Soberanía Alimentaria” se realizó el 12, 13 y 14 de abril y el primer día estuvo dedicada al “6º Encuentro Nacional de Productores de Semillas Criollas”. Las dos reuniones fueron organizadas por la Red de Rescate y Revalorización de Semillas Criollas y Nativas del Uruguay, REDES – AT, Programa Uruguay Sustentable, Centro Agustín Ferreiro (dedicado a la formación de maestros rurales de Canelones), Comisión Nacional de Fomento Rural y la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República.
La Red de Rescate y Revalorización de Semillas Criollas y Nativas se organiza en 24 grupos locales en los departamentos de Artigas, Salto, Paysandú, Tacuarembó, Cerro Largo, Maldonado, Canelones, Lavalleja, Treinta y Tres, Montevideo, San José y Colonia, de los 19 que tiene en total el país. Cuenta con 160 predios familiares que integran el sistema colectivo de conservación in situ.
Según dijo Nansen en la apertura de la Fiesta, en la que hablaron representantes de varios de los organizadores, la actividad de tres días apuntaba, entre otras cosas, a “que la sociedad toda asuma la importancia de estos temas” y a que “la clase política, los organismos públicos, asuman también su responsabilidad en términos de las políticas necesarias”.
La coordinadora de REDES – AT había empezado su corta disertación diciendo que con la crisis mundial de 2008 se llegó a casi 1000 milloines de personas con hambre en el mundo, un séptimo de la población mundial, a pesar de décadas de promesas de organismos oficiales y gobiernos de que se acabaría el hambre con los paquetes tecnológicos como los de los transgénicos, por ejemplo. Nansen aseguró que se produce una cantidad de alimentos mucho mayor a la que se necesita para alimentar a toda la población mundial, “pero esos alimentos no llegan a la gente”.
“La crisis no es más profunda todavía porque existe la agricultura campesina y familiar que es la que continúa alimentando al mundo”, alertó la ecologista, antes de citar un estudio de la organización internacional Grupo ETC, que trabaja cuestiones socioeconómicas y ecológicas globales, relacionadas con las nuevas tecnologías, y especialmente acerca de los impactos de la técnica sobre pueblos indígenas, comunidades rurales y la biodiversidad. Según el Grupo ETC, la agricultura campesina y familiar es la que abastece del 50 por ciento de los alimentos que se consumen en el mundo. El 8 por ciento es producido en huertas urbanas, todavía hay pueblos nómades que viven de la caza y la recolección en algunos continentes, y “sólo el 30 por ciento es producido por la cadena industrial alimentaria”, manifestó Nansen. “(…) Esto nos alerta sobre la necesidad de defender la agricultura familiar y campesina”.
La ecologista alertó que hay una mayor dependencia de las empresas agrícolas transnacionales, un fuerte desplazamiento de la agricultura campesina y familiar, y una gran pérdida de conocimientos y de biodiversidad, que se suman a la crisis del cambio climático, que hará mucho más difícil la producción de alimentos en muchos de los continentes. (…) “El derecho a la alimentación está en riesgo”, dijo.
Nansen citó un estudio de 2010 de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés), el Informe del Estado de los Recursos Fitogenéticos para la Agricultura y la Alimentación, que dio cuenta de que hubo una pérdida del 75 por ciento de la biodiversidad agrícola mundial del año 1900 al 2000. La FAO llamó la atención a su vez de que cada vez la población mundial depende de menos variedad de cultivos para alimentarse, y que por eso es fundamental la recuperación y la conservación de semillas.
Si bien Nansen aclaró “no estar de acuerdo” con todo lo que plantea la FAO, “lo cierto es que se ha empezado a reconocer la importancia del concepto de la soberanía alimentaria y hay un mayor diálogo con las organizaciones campesinas”.
Publicado en Radio Mundo Real: http://radiomundoreal.fm/6655-el-derecho-a-la-alimentacion-esta
Foto: REDES – AT