En Uruguay la apicultura, enfocada en su 95% de producción hacia la exportación con destino a Europa y los Estados Unidos, atraviesa una fuerte crisis producto del uso creciente e intensivo de biocidas en la agricultura, la forestación y la hortifruticultura.
Así quedó de manifiesto a partir del seminario Apicultura y Medio Ambiente, organizado por la Comisión Nacional de Fomento Rural en el departamento uruguayo de Paysandú el pasado 26 de septiembre.
Allí, varios apicultores denunciaron la falta de respuesta desde las autoridades ante la muerte masiva de colmenas así como la afectación de la salud de comunidades rurales. Uruguay experimenta un crecimiento exponencial del área de agricultura industrial con destino exportador, liderado por el expansivo cultivo de soja genéticamente modificada, superando el millón de hectáreas.
Asociados a dicho cultivos se suma un conjunto de herbicidas e insecticidas de creciente toxicidad y concentración, que son aplicados en momentos de mayor trabajo de la colmena, motivando la muerte masiva de colonias apícolas.
Además de pérdida de renta por parte de los apicultores, la mortandad generalizada afecta la biodiversidad y los procesos de polinización en fruticultura, vitivinicultura y horticultura, se señaló en el seminario.
Al respecto dialogamos con Pablo Ferreira, apicultor del departamento uruguayo de Canelones, sobre la problemática de un sector crucial para la biodiversidad a través de la polinización.
La Comisión Nacional de Fomento Rural es la organización de segundo grado que reúne a las entidades cooperativas y sociedades de fomento rural de la producción agropecuaria familiar en el Uruguay.
Publicado en Radio Mundo Real, accediendo al enlace se podrá escuchar el audio de la entrevista.