No se puede entender la financiarización de la naturaleza sin analizar tres procesos sucedidos en los últimos 40 años: el avance permanente que la esfera financiera tiene sobre la economía real desde principios de la década de 1970; la extensión del análisis economicista a todas las esferas de la vida y el fracaso del «proceso de Río». Tampoco se puede entender su expansión sin considerarla como uno de los elementos centrales de la acumulación de capital en la era neoliberal.
Después de las burbujas puntocom e inmobiliaria y la crisis alimentaria, los actores financieros buscan nuevas fuentes para volver a incrementar sus tasas de ganancia. La naturaleza y todos sus bienes son ahora un nuevo y necesario mercado, que permitirá al sistema salir de la crisis económico-financiera que ha creado.
Estamos ante una nueva fase de acumulación originaria que establece derechos de propiedad privada sobre bienes comunes únicos e irreemplazables que son esenciales para garantizar las necesidades básicas de las futuras generaciones, las prácticas culturales tradicionales del uso de la biodiversidad, la soberanía alimentaria, la conservación de los ecosistemas, la protección de la salud humana y el mejoramiento de la calidad de vida de todas las personas.
Una nueva publicación de REDES – Amigos de la Tierra Uruguay, con el apoyo de la fundación Siemenpuu, analiza el proceso de financiarización de la naturaleza, su marco general, la economía verde, y sus elementos centrales, la mercantilización y privatización de la naturaleza y sus funciones.