A diez años de vigencia de proyectos políticos de corte transformador, algunos desafíos continúan pendientes de debate. La construcción de alternativas al esquema neoliberal sufrido por la región en la década de los noventa, no termina de concretarse en instrumentos contra-hegemónicos. Si bien los proyectos políticos reconocen la importancia de la distribución del ingreso, el bienestar de la población, la vigencia plena de los derechos humanos como elementos centrales de las políticas de gobierno, no se ha logrado avanzar en una estrategia de desarrollo consolidada que discuta los instrumentos impuestos por el esquema capitalista dominante.
En este marco, la política de inversiones –elemento clave en toda estrategia de desarrollo- se ha visto tentada por similares impulsos liberalizantes y aperturistas como la primarización, el extractivismo y el agotamiento de los recursos naturales. Si bien los intentos de generar acuerdos multilaterales de promoción y protección de las inversiones han fracasado, la dinámica de negociación ha impuesto por la vía de los hechos la proliferación de acuerdos bilaterales que constituyen cotidianamente una amenaza en la profundización de estos proyectos políticos de pretendido corte transformador. Una vez más, se hace necesario retomar los ejes centrales de estas discusiones y visualizarlos en perspectiva con las estrategias de desarrollo de estos países y la región.