Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe (ATALC), federación de organizaciones ecologistas presente en numerosos países de la región, manifiesta su solidaridad y acompañamiento en estas horas de dolor al Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), la familia de Lesbia Yaneth Urquía Urquía y el movimiento social de ese país en general.
El asesinato de Lesbia Yaneth el miércoles ocurre a pocos días del desarrollo de un proceso de consulta en el municipio de Santa Elena, departamento de La Paz, por el Movimiento Indígena Lenca de la Paz (MILPAH), el Centro Hondureño de Promoción para el Desarrollo Comunitario y la Coalición Nacional de Redes Ambientales (CONROA), en el marco del convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), ratificado por el Estado de Honduras, sobre los siguientes puntos: la realización del catastro de tierras y la construcción de un proyecto hidroeléctrico.
Los dos proyectos son impulsados por el gobierno sin consultar con las comunidades y el de la represa es propiedad de la Vicepresidenta del Poder Legislativo hondureño, Gladys Aurora López, e integrante del oficialista Partido Nacional.
El hecho constituye un claro mensaje intimidatorio a la población, para generar terror en las comunidades y que no participen en la consulta. Cabe mencionar que sólo en 2015 se registró la muerte de 15 indígenas lencas del municipio de Santa Elena.
Manifestamos nuestra profunda preocupación por la ola de persecuciones, atropellos, amenazas y asesinatos, a manos de sicarios y de las propias fuerzas públicas del Estado, de dirigentes y luchadores/as sociales hondureños.
ATALC, que tiene entre sus organizaciones al Movimiento Madre Tierra – Amigos de la Tierra Honduras, reafirma la denuncia del COPINH en un comunicado del miércoles sobre la evidencia, con un nuevo asesinato, de la existencia de “un plan para desaparecer a quienes defendemos los bienes comunes de la naturaleza, organizados en el COPINH”.
Lesbia Yaneth era una destacada lideresa comunitaria vinculada a esa organización desde las protestas contra el golpe de Estado de 2009 y una activa militante en la defensa de los bienes comunes de la naturaleza y los derechos indígenas, y en contra de la construcción de la represa hidroeléctrica Aurora I, en el municipio de San José, La Paz.
Semanas atrás el diario británico The Guardian publicó una extensa nota que dio cuenta de la existencia de “listas negras” entre militares y policías hondureños, con nombres de luchadores a asesinar. En tanto, el 1º de julio fuerzas policiales asaltaron en la madrugada la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) para reprimir y desalojar a estudiantes que la ocupaban en defensa de la educación pública. Casi a diario llegan noticias desde Honduras de atropellos terribles contra el movimiento social. Hay que recordar que apenas días después del asesinato de Berta, el 15 de marzo, fue asesinado otro integrante del COPINH, Nelson García, de la comunidad de Río Chiquito, en el departamento de Cortés.
Como red de organizaciones que luchamos por la justicia social y ambiental, y que defendemos sin vacilaciones los derechos humanos y el derecho de los pueblos a defender sus bienes comunes y soberanía, ATALC exige al Estado de Honduras que garantice el freno inmediato a las persecuciones y asesinatos de integrantes del COPINH, y que se haga justicia en todos los casos. Asimismo, llamamos a toda la comunidad internacional a redoblar nuestros esfuerzos y acciones para velar por el respeto a los derechos humanos en Honduras.
Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe (ATALC)