En los últimos días, el gobierno (más precisamente el Gabinete Nacional de Bioseguridad) aprobó 14 nuevas variedades de transgénicos. Para 10 de ellas hay consenso entre sus integrantes, ya que están destinadas a investigación y estudios controlados. Sin embargo, hay cuatro que son para uso comercial en las que no hubo acuerdo tanto en la Comisión de Gestión de Riesgo (CGR) que trató el tema, como en el gabinete ministerial. La votación fue de cuatro a dos. A favor estuvieron los ministerios de Economía, Ganadería, Industria y Relaciones Exteriores. En contra, Medio Ambiente y Salud Pública.
Ahora, el único que podría dar marcha atrás a la aprobación de estos cultivos transgénicos -al menos los polémicos- es el presidente Tabaré Vázquez.
Los ministerios de Vivienda y Medio Ambiente y el de Salud Pública se oponen por entender que aún no hay estudios suficientes sobre los posibles efectos de estos transgénicos y el uso de nuevos agroquímicos asociados.
Los recién llegados
Las cuatro nuevas semillas a aprobar son dos variedades de soja y dos de maíz, que implican además el ingreso masivo de un nuevo agroquímico a Uruguay: el dicamba, que ahora comenzaría a usarse en forma extensiva (sumándose al glifosato). Esto se hace debido a que el dicamba es más potente para acabar con las malezas pero es bien tolerado por estas nuevas variedades de transgénicos.
Desde la cartera de Medio Ambiente se considera que aún hay que analizar qué impacto pueden tener tanto el uso de estos transgénicos como la acción sumada del glifosato, el dicamba y el 2-4D. Entre otros puntos, creen que debería analizarse cuál es la posible afectación para polinizadores.
Sumado a esto, Medio Ambiente considera que una de estas variedades de maíz, por ejemplo, es usada para combatir plagas que hoy en día no existen en Uruguay, por lo que no se justificaría el ingreso. En el otro maíz propuesto, además, no se estudió la coexistencia con maíces criollos y el potencial impacto sobre ellos. En el caso de las sojas, como ya mencionamos, el principal problema es el uso combinado de agroquímicos y los posibles efectos. La Dirección Nacional de Medio Ambiente ya solicitó que se evalúen los efectos de estos nuevos paquetes tecnológicos para evaluar el posible riesgo ambiental, sin respuesta hasta el momento por parte de la Comisión de Gestión de Riesgo.
«Perdimos cuatro a dos», dijo la ministra de Vivienda y Medio Ambiente, Eneida De León, al ser consultada al respecto por Montevideo Portal.
«Tanto el MVOTMA como Salud Pública nos opusimos a la liberación de esas cuatro variedades. No estamos en contra de los transgénicos en sí mismos, pueden ser muy positivos, pero hay que ver qué ocurre cuando se liberan en el ambiente. No hay suficientes estudios como para saberlo y así lo planteamos», agregó.
De León explicó que «cuando hay una liberación comercial, se libera también al ambiente». «Esto implica el uso de agroquímicos cuyo impacto, a veces, no se estudia suficientemente», dijo la ministra, que lamentó que la Udelar haya retirado su asesoramiento hace ya muchos años. «Nos gustaría que la Universidad pudiera realizar más estudios para que estemos más tranquilos», concluyó.
Montevideo Portal intentó contactarse con algunos de los integrantes de la Comisión de Gestiòn de Riesgo de los ministerios que dieron su aprobación, para conocer su postura al respecto, pero no tuvo éxito.