Nuevos transgénicos: primacía de la presión de los agronegocios por encima del cuidado a la salud y el medio ambiente

REDES – Amigos de la Tierra Uruguay denuncia y rechaza la aprobación comercial de nuevos eventos transgénicos en el país, luego de las presiones ejercidas por la Asociación Rural del Uruguay (ARU) y a pesar de no ser avalados por los Ministerios de Medio Ambiente y Salud Pública.

La resolución llega luego de que en octubre estudios hechos por las Facultades de Química y Ciencias de la Universidad de la República, en convenio con REDES – AT y la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas de Uruguay, detectaran nuevos casos de contaminación transgénica en muestras de maíces criollos de Canelones y Treinta y Tres. Van cinco años seguidos de contaminaciones de este tipo en Uruguay.

El 15 de diciembre el Gabinete Nacional de Bioseguridad (GNBio) aprobó la autorización de cuatro nuevos eventos transgénicos para su cultivo comercial en Uruguay1, además de otorgar otras diez autorizaciones para ensayos de laboratorio y a campo. De los seis ministros/as que integran ese Gabinete, fueron los/as de Economía, Industria, Relaciones Exteriores y Agricultura quienes firmaron las aprobaciones de los cultivos comerciales, en desconsideración de la oposición de los titulares de Medio Ambiente y Salud Pública.

Gestiones realizadas por la ARU ante el presidente Tabaré Vázquez 2 fueron las que empujaron a tomar esta decisión política sin precedentes en el país, que prioriza favorecer a actores del agronegocio y a las transnacionales de la biotecnología en lugar de proteger la salud de la población y el cuidado de nuestro medio ambiente.

Los desacuerdos a la interna del GNBio en cuanto a la autorización de nuevo eventos transgénicos se arrastran desde 2012 y son reflejo de las discrepancias que existen en cuanto a la forma en que se realizan las evaluaciones de riesgo de estos cultivos y a la falta de monitoreo de los impactos provocados por los transgénicos que ya están aprobados en Uruguay. El caso más sobresaliente es el de la soja RR tolerante al herbicida glifosato, que fue aprobada en 1996. A partir del desarrollo de ese cultivo transgénico, el uso de ese herbicida y de otros plaguicidas aumentó a un ritmo mayor que el crecimiento del área agrícola, lo que ha expuesto a la población y al medio ambiente a una carga cada vez mayor de agrotóxicos, sin que sus efectos sean monitoreados por el Estado uruguayo.

Los nuevos eventos aprobados incluyen una soja que además de tolerar glifosato permite usar sobre el cultivo los herbicidas 2,4-D y glufosinato de amonio, y otro evento de soja que además de tolerancia a glifosato presenta tolerancia al herbicida Dicamba. Tanto el 2,4-D como el Dicamba son herbicidas más antiguos y más tóxicos que el glifosato. El primero de ellos, un integrante del tristemente célebre agente naranja, puede presentar dioxinas y furanos como impurezas, los cuales son cancerígenos. El segundo suma a su potencial toxicidad la característica de ser muy volátil, lo que hace que se disperse fácilmente en el medio ambiente. La reciente liberación de esta soja tolerante a Dicamba en Estados Unidos ha provocado fuertes conflictos entre productores, debido a que la aplicación de este herbicida sobre los cultivos transgénicos que lo toleran quema los cultivos vecinos, incluidos los de soja RR. El Estado de Arkansas ha prohibido el uso de Dicamba por ese motivo 3. Desde el agronegocio se argumenta que es necesario el uso de esta tecnología ya que el uso masivo de glifosato ha provocado la aparición de malezas tolerantes al mismo, por lo que es necesario ‘más poder de fuego’ para combatirlas. Esto traerá aparejado un círculo vicioso donde el uso masivo de estos herbicidas provocará que aparezcan más rápidamente malezas resistentes, por lo que se utilizará una carga aún mayor de agrotóxicos en el medio ambiente. El argumento esgrimido por la ARU de que la no aprobación de estos cultivos pone al país en un ‘rezago tecnológico’ es caprichoso y no considera los impactos negativos asociados al uso de la tecnología. No es de esperar que la ARU atienda esta dimensión, pero sí que las autoridades competentes la incorporen, y no respondan a intereses particulares de una gremial caracterizada por favorecer a la oligarquía, en detrimento de los derechos de los trabajadores/as y del interés general.

Otro de los eventos transgénicos aprobados es un maíz que la novedad que presenta es ser tóxico para un insecto (Diabrótica speciosa) que no es plaga del maíz en Uruguay. Monsanto solicitó la autorización de este evento a fines de 2010. En su momento la UdelaR, el MSP, el MVOTMA e incluso el INIA (que luego revirtió su posición) recomendaron no aprobar su liberación dado que no aportaba ningún beneficio e introducía un riesgo. Además, el MSP señaló posibles riesgos de alergenicidad. Por estos motivos algunos de los integrantes del GNBio no firmaron su autorización. En junio de 2016 Monsanto envió una carta al subsecretario del MGAP, Enzo Benech, en la que solicitó que “a la mayor brevedad posible” se resolviese acerca de la autorización para liberación comercial de ese maíz transgénico 4. El 15 de diciembre este maíz fue aprobado por el GNBio sin las firmas de los titulares del MVOTMA y el MSP.

No sólo la ARU y Monsanto han presionado para la aprobación de los nuevos eventos transgénicos. El presidente de Bayer para el Cono Sur también hizo lobby ante el ministro de Economía, Danilo Astori, en junio de este año 5. Lamentablemente el gobierno ha cedido ante estas presiones y desvirtuado una vez más el sistema de toma de decisiones con respecto a la autorización de cultivos transgénicos en nuestro país. El hecho de que no se aprobasen nuevos eventos transgénicos desde 2014 era reflejo de las múltiples aproximaciones al tema expresadas en la composición del GNBio y en la diversidad de opiniones recogidas en los procesos de evaluación de riesgos. Con la decisión de aprobar los nuevos transgénicos, contra la opinión de las autoridades responsables de temas de medio ambiente y salud, así como de expertos en esas áreas, el MGAP, que preside el GNBio, inaugura una nueva etapa. Etapa en la que priman los intereses productivos y económicos en la consideración de la aprobación de cultivos transgénicos en el país.

En la página web de Presidencia de la República se publicó ayer una carta en la que la ARU agradece al presidente Tabaré Vázquez su “sensibilidad y diligencia” ante los planteos realizados por esa asociación, que derivaron en la aprobación de los nuevos cultivos transgénicos 2. La Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas del Uruguay, junto a REDES – AT, ha denunciado desde 2013 la contaminación con transgenes de variedades criollas de maíz. En octubre volvimos a constatar científicamente la presencia de transgenes, esta vez en cinco muestras de semillas de maíces criollos de Canelones y Treinta y Tres. Fue gracias a estudios hechos por las Facultades de Química y Ciencias de la Universidad de la República, en convenio con REDES – AT y la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas de Uruguay.

A cinco años de informar a las autoridades competentes de esta situación y de solicitar que se tomen medidas para evitar que se sigan contaminando nuestros maíces criollos, quienes aprobaron estos nuevos eventos de maíz no han mostrado la misma “sensibilidad y diligencia” que para con la ARU, y no han dado respuesta satisfactoria a estas demandas.

Por más información:
REDES – Amigos de la Tierra Uruguay
Pablo Galeano
pablogaleano71@gmail.com
098 579 350

Ver también:

Nuevo libro 20 años de cultivos transgénicos en Uruguay.

 

Referencias

  1. MAÍZ MON89034xMON88017, SOJA DAS44406-6, SOJA MON89788XMON87708, MAÍZ TC1507XMON810XNK603
  2. https://www.presidencia.gub.uy/comunicacion/comunicacionnoticias/carta-vazquez-aru
  3. https://www.agriculture.com/news/crops/arkansas-state-plant-board-votes-to-ban-2018-dicamba-agricultural-applications-in
  4. Semanario Brecha, 2016. Nota “Ante la duda, todo”, edición 9 de setiembre 2016.
  5. https://www.pressreader.com/uruguay/b%C3%BAsqueda/20170629/281767039253043