Montevideo, 13 de noviembre de 2008
Sr. Presidente de la República,
Dr. Tabaré Vázquez.
De nuestra mayor consideración:
A través de la presente queremos felicitarnos los uruguayos y las uruguayas, y a usted especialmente como nuestro presidente, por la vitalidad que la democracia de nuestro país ha demostrado en el proceso conducente a la aprobación de la Ley de Defensa al Derecho a la Salud Sexual y Reproductiva por parte del Poder Legislativo. Debe ser un orgullo que esta Ley, que avanza sobre la democracia con equidad de género, se apruebe en el primer gobierno de izquierda en Uruguay.Confiamos en que este proceso democrático será refrendado por su accionar, respetando la separación de los poderes del Estado -tan cara para nuestros y nuestras compatriotas- y la voluntad popular de la ciudadanía uruguaya de que la Ley sea un hecho, expresada en todas las encuestas con un apoyo de más del 60%.
Uruguay es el primer país de América Latina cuyo parlamento aprueba una Ley de Defensa al Derecho a la Salud Sexual y Reproductiva que incluye la despenalización del aborto. Es una realidad que la ilegalización del aborto no conduce a una disminución de esta práctica, sino a abortos clandestinos que a su vez conllevan la muerte de muchas mujeres, especialmente las más pobres. Uruguay ocupa uno de los primeros lugares en muertes de mujeres gestantes por complicaciones derivadas de abortos realizados en condiciones de riesgo.
La realización de un aborto, instancia nunca grata, produce además culpas en las mujeres. Estos efectos psíquicos, que también hacen a la salud de este segmento de la población, no son necesariamente consecuencia del aborto, sino de su realización en un marco de clandestinidad. Las políticas públicas producen subjetividades; si estas subjetividades están teñidas de culpa se cuestiona la realización de una democracia plena, que debe ampliar las posibilidades de realización de las personas.
Además, como usted sabe Sr. Presidente, esta Ley es una herramienta esencial -aunque no la única- para garantizar los derechos sexuales y reproductivos de la ciudadanía desde la educación, como plataforma para su pleno ejercicio de manera responsable. En el caso particular de los derechos sexuales y reproductivos, esto se hace imprescindible para una democracia con equidad de género -bandera electoral, entre otras, del Frente Amplio-, ya que las violaciones de los derechos sexuales y reproductivos afectan fundamentalmente a las mujeres y sus cuerpos. El ejercicio responsable de la sexualidad y de las consecuencias de la misma hará que en un futuro no sean sólo las mujeres -como ocurre en la mayoría de los casos- quienes deban decidir sobre un embarazo no deseado.
Para finalizar, Sr. Presidente, deseamos expresarle que nosotros y nosotras, ciudadanos y ciudadanas de este país, confiamos en que honre su investidura y se haga eco de las palabras de José Gervasio Artigas: «Mi autoridad emana de vosotros, y ella cesa ante vuestra presencia soberana».
Sin más, saluda atentamente,
REDES-Amigos de la Tierra Uruguay.