Después de casi ocho años de remar contra la corriente la Cooperativa de Trabajadores Molino Santa Rosa de Uruguay, gestionada por sus propios miembros cumplió con sus obligaciones crediticias con el Banco de la República (BROU) con lo cual la infraestructura y maquinarias pasó a ser formalmente propiedad de sus trabajadoras y trabajadores.
El hecho constituye una muestra clara del compromiso de éstos y también de las familias de productores que cultivan para dicha industria, enclavada en las cercanías de Montevideo, en la ciudad de Santa Rosa y que casi una década atrás iniciaron este proyecto de autogestión y compromiso social.
Casi medio millón de dólares fue el monto total que debió pagar la cooperativa al banco estatal para cubrir –en parte- el crédito que le fuera brindado a los anteriores propietarios de la empresa.
En ese lapso, los trabajadores y trabajadoras han llevado adelante el proyecto industrial bajo los principios de la Soberanía Alimentaria y la producción familiar, lo cual representa un reto extra en un marco de competencia empresarial con fuerte incidencia de capitales extranjeros en Uruguay.
Uno de los compromisos de la cooperativa ha sido el no uso de maíz u otros granos genéticamente modificados en sus moliendas para alimentación humana o animal, así como el fomento de cultivos a escala familiar como es el caso del chícharo y el garbanzo, lo cual ha reactivado las economías de familias rurales asentadas en las inmediaciones de Santa Rosa.
Asimismo, a instancias de este proyecto se ha reactivado el cultivo de trigo en el departamento (provincia) de Canelones. De hecho actualmente la cooperativa se encuentra embarcada en una nueva zafra de trigo, con más de 3000 hectáreas cultivadas en el departamento.
El molino es uno de los más antiguos del Uruguay al haber sido fundado en 1925. A finales de los años 90 la empresa privada quebró y dejó tras de sí una deuda que rondó los cinco millones de dólares. En abril de 1999, una cooperativa integrada por 44 trabajadores del emprendimiento quebrado, se hicieron cargo de la gestión del histórico molino. En 2004, mediante remate público, compraron sus instalaciones convirtiéndose en la primera y única empresa recuperada que es propietaria de su medio de producción y asumiendo asimismo parte de la antigua deuda.
Hoy los productos de la cooperativa llegan a toda el área metropolitana del Uruguay y son reconocidos por su carácter de libre de transgénicos y producción sustentable.
El Ing. Agr. Carlos Reyes, Gerente de la Cooperativa comentó a Radio Mundo Real que este 21 de octubre con motivo de la tradicional fiesta anual del molino se hará un balance final de lo que ha sido esta larga lucha de los trabajadores por su fuente de trabajo.
Asimismo, remarcó los fuertes lazos establecidos desde la cooperativa con organizaciones sociales y de productores que ha hecho posible la subsistencia y el afianzamiento del proyecto.
Entrevista publicada en Radio Mundo Real el 29 de septiembre de 2011. La puede leer y escuchar en: http://www.radiomundoreal.fm/Se-puede?lang=es