“El país construido desde abajo, construido por las familias, ese es mi país”. Esa frase, entre tantas otras, pinta en cuerpo y alma al dirigente gremial y referente de la agricultura familiar en Uruguay, Mario Costa, que lamentablemente falleció hace algunos días.
Mario reflexionó sobre ese necesario compromiso con la sociedad durante un homenaje que se le realizó en abril de este año en la Sociedad de Fomento Rural de Rincón del Colorado, en el departamento de Canelones.
Durante la actividad, organizada por la Comisión Nacional de Fomento Rural, que nuclea a productores familiares de diversas partes del país, se le entregó al dirigente el premio “Quijote”, en reconocimiento a su compromiso con la agricultura familiar.
“No es merecido, no trabajé para esto”, aclaró Mario en aquella oportunidad. Ese día relató el por qué de su compromiso frente a los sectores más desprotegidos del Uruguay, algo poco habitual para alguien que nació en una familia con un buen pasar económico.
El dirigente tuvo dos opciones: trepar a espacios de poder o devolver al resto de la sociedad lo que recibió durante su formación, y claramente optó por lo segundo.
Dentro de las tantas actividades que desarrolló, Mario estuvo vinculado al Servicio Paz y Justicia (Serpaj), una de las referencias más importantes en materia de defensa de los Derechos Humanos en Uruguay, una organización que cumplió un papel muy importante en el período posterior a la dictadura que asoló al país de 1973 a 1985.
Entrevista publicada en Radio Mundo Real el 8 de noviembre de 2011. La puede leer y escuchar en: http://radiomundoreal.fm/Un-imprescindible