La Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas junto a Redes-Amigos de la Tierra Uruguay denunciamos la vulneración de derechos fundamentales de productores y productoras familiares y consumidores nacionales, así como la grave amenaza y pérdida de biodiversidad y perjuicios económicos derivados de la creciente contaminación de maíces criollos con material genético derivado de eventos de maíz transgénico (GM) de acuerdo con recientes análisis llevados adelante en Facultad de Química de la Universidad de la República.
A partir de un convenio que viene cumpliéndose entre la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas, Redes-Amigos de la Tierra y la Facultad de Química, con apoyo de la Fundación Heinrich Boell de Alemania, dicho servicio universitario realiza anualmente análisis de proteínas transgénicas a los maíces de productores de la Red buscando garantizar su carácter no transgénico (no-GM), tanto de los granos que se utilizan para consumo humano o elaboración de harinas, como de las semillas conservadas para futuras siembras.
En 2013, al detectarse situaciones de contaminación de maíces criollos del departamento de Treinta y Tres, en la zona de Quebrada de los Cuervos, que expresaban la proteína Cry1Ab presente en los maíces transgénicos MON810 y Bt11, estas organizaciones denunciaron el hecho ante la Comisión para la Gestión de Riesgo del Gabinete Nacional de Bioseguridad integrado por MGAP, MSP, MVOTMA, MEF, MRREE y MIEM, sin obtener respuesta.
En 2015 se volvió a constatar la presencia de esta proteína transgénica en muestras colectadas en el año 2014 en los departamentos de Treinta y Tres y Canelones. Se volvió a denunciar el hecho a esta Comisión que el 2 de julio de 2015, respondió lo siguiente:
“La CGR resolvió que por tratarse de productores de semillas, se remita la misma nota al Instituto Nacional de Semillas, que es la autoridad competente en materia de semillas, quedando el GNBio y toda su estructura a disposición para tratar los temas que sean de Organismos Vegetales Genéticamente Modificados.”
Su decisión de no asumir ninguna responsabilidad, a pesar de tratarse claramente de organismos genéticamente modificados, dejó abierta una amenaza creciente a productores/as de maíz de variedades criollas y al patrimonio cultural y genético del país.
Los resultados de los análisis recientemente conocidos muestran que de un total de doce predios cultivados con maíz, en cuatro de ellos se detectó la presencia de la proteína transgénica Cry1F, presente en maíces transgénicos aprobados en 2011 y 2012. Los cuatro casos detectados corresponden al departamento de Canelones, de productores participantes de la Cooperativa Granelera Ecológica (Graneco), así como de otras experiencias de comercialización, autoconsumo o reproducción de semillas.
Además del perjuicio per se que encierra esta situación en cuanto a pérdida de biodiversidad y de derechos de los agricultores a la conservación de semillas consagrado por convenios internacionales en la materia suscritos por nuestro país, hay una pérdida grave de oportunidades económicas que hagan viable esas unidades productivas familiares y otras que podrían añadirse((Por ejemplo la cooperativa Graneco suscribió un convenio con la Intendencia de Canelones para el suministro de harinas de maíz no transgénico a los comedores municipales de dicho departamento, lo cual ahora se ve seriamente cuestionado en su viabilidad.));
Denunciamos especialmente que estas organizaciones advertimos a las autoridades de gobierno sobre la alta probabilidad de que el proceso de “coexistencia regulada” finalmente culminara con un escenario tan perjudicial para el país y las familias que consciente y organizadamente decidieron producir maíz no-GM.
En efecto, el Decreto Presidencial 353/008 que rige sobre la regulación de cultivos transgénicos establece como política a llevar adelante por el Estado la “coexistencia regulada”, es decir establecer los mecanismos que garanticen el derecho de los agricultores a producir cultivos GM o no-GM.
Nuevamente los hechos verificados en análisis objetivos demuestran que dicha “coexistencia” no es viable y la realidad demuestra que conlleva una situación de injusticia y violación de los derechos de productores y productoras familiares.
Ello además desnuda una fuerte contradicción en cuanto al rol de las autoridades públicas en esta situación: por un lado la Red de Semillas Nativas y Criollas((La Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas está conformada por más de 350 productores y productoras distribuidos en los departamentos de Montevideo, Maldonado, Colonia, Paysandú, Cerro Largo, Canelones, Rocha, Tacuarembó, Treinta y Tres, Lavalleja, San José, Durazno, Salto y Artigas. Esta articulación comienza en el año 2004 a iniciativa de la Asociación de Productores Orgánicos del Uruguay (APODU) y REDES-AT, con la participación de la Facultad de Agronomía a través del Centro Regional Sur.)) es declarada de Interés Ministerial por parte del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) en 2006, en 2013 su propuesta es selecciona para los fondos concursables del MEC en el área de Cultura y Tradición y entre 2014 y 2016 es apoyada por la Dirección General de Desarrollo Rural del MGAP a partir de la aprobación de un proyecto de Fortalecimiento Institucional .
Asimismo, varios gobiernos departamentales han apoyado o co-organizado eventos de difusión y fortalecimiento de la Red como encuentros nacionales/regionales de productores y productoras de semillas pertenecientes a ese colectivo.
En el mismo sentido, el Poder Legislativo tiene actualmente a consideración un proyecto de Plan Nacional de Agroecología elaborado a partir de las definiciones de la Red de Semillas, la Red de Agroecología y la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología.
De otro lado y contraponiéndose a lo anterior, sus integrantes ven en la práctica vulnerada su capacidad de conservación y multiplicación de material genético compartido y transferido de sus pares en todo el territorio uruguayo.
Ante ello, productores y productoras integrantes de la Red de Semillas Nativas y Criollas y Redes-Amigos de la Tierra Uruguay manifestamos:
1. La convicción de que es necesario denunciar estos hechos en base a evidencia científica y con participación social, no solamente desde la ruralidad sino también involucrando a organizaciones urbanas.
2. Nuestra profunda tristeza y preocupación por la constatación de contaminación de nuestros maíces, que son patrimonio de todo el pueblo uruguayo y por ende de los pueblos al servicio de la Soberanía Alimentaria y el Derecho a la Alimentación.
3. El reclamo de que los distintos actores institucionales asuman su responsabilidad ante esta situación.
4. La necesidad de la valorización y consecuentemente la protección a productores y productoras familiares de maíz criollo.
5. Nuestra voluntad de no renunciar a iniciar caminos de reclamación en el plano nacional e internacional frente a este enorme y muy probablemente irreversible perjuicio.
Montevideo, octubre 27 2016
Por contactos de prensa:
Pablo Galeano (Redes-AT, Red Semillas Criollas) +598 98 579 350
Mauricio Vives (Graneco) +598 95 909 832