La integración deseable
En la instancia que tuvo lugar el lunes 31 de julio del ciclo de charlas organizado por el Centro de Artiguista por los Derechos Económicos, Sociales y Culturales (CADESYC) y REDES-Amigos de la Tierra, sobre «La inserción internacional de Uruguay y la integración regional» hubo amplia coincidencia en la necesidad de repensar el Mercosur más allá de lo comercial, apuntando a una complementariedad productiva y reviendo sus estructuras de decisión.
Javier Silva, Secretario General de AUTE e integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT y Sebastián Valdomir, integrante de REDES-Amigos de la Tierra y de la Alianza Social Continental, dos de los panelistas, acordaron que el Mercosur es una herramienta estratégica para lograr una integración que permita al país posicionarse mejor geopolíticamente; es una respuesta táctica pensada como un paso hacia la constitución de un bloque sudamericano.Sebastián Valdomir, por su parte, señaló que lo ambiental no es un tema residual en la integración, sino que es vital para la perdurabilidad del sistema y en términos de geopolítica: para revertir el lugar de nuestro país como economía dependiente. «El control de ciertos recursos estratégicos es en este sentido una prioridad; como lo son para Estados Unidos los minerales que conforman el complejo industrial militar». No es residual, además, porque son los sectores más pobres los más vulnerables a los problemas ambientales.
Desde el movimiento sindical, Silva recordó que la mirada del movimiento siempre ha sido defensora de la integración como vía para desestructurar la globalización tecnológica que ha ensanchado la brecha ya existente a favor del Norte. En este nuevo orden político mundial, dijo, «la discusión sobre soberanía sólo puede hacerse desde la región».
Ese es uno de los objetivos de la integración. El otro, según el expositor, es ayudar a salir al país de la crisis estructural, permitiendo la generación de empleo y escapar a ese lugar de exportadores de mano de obra.
Silva también realizó un somero recorrido histórico de la vida del Mercosur. Marcó que el 2002 fue en esta trayectoria vital un punto de inflexión, con la asunción de Lula en Brasil y el comienzo de un proceso similar en Argentina. «Empezamos a visualizar un cambio que podía tener implicancias en la integración porque ponía arriba de la mesa lo que el movimiento sindical pretendía. Lula dio una impronta en la política exterior mucho más proactiva. Entre otras cosas, liderando el Grupo de los 20 que trancó las negociaciones en la OMC».
Un segundo momento en la presidencia de Lula, definido a partir de las acusaciones de corrupción, marcó el estancamiento de estos avances. La Comunidad Andina empezó un proceso de disolución y el papel de Brasil fue balconear sin incidir en cuestiones de la región. Esto hizo que en el imaginario de la gente cayera la visión sobre las bondades de estar dentro del Mercosur.
Justamente sobre las características a las que debería apuntar el Mercosur, tanto Javier Silva como Sebastián Valdomir, de REDES-Amigos de la Tierra, coincidieron que el camino de la integración va más allá de lo comercial y de la mirada «decorativa» del arancel común, opinó Valdomir. La integración debe apuntar en lo económico a una complementariedad productiva. Y en lo político, dijo Silva, en una alianza con los movimientos sociales.
Ambos asintieron también, que debe existir un sistema supranacional para la toma de decisiones dentro del bloque. Silva calificó al sistema de toma de decisiones actual como primitivo, mientras Valdomir ejemplificó la falta de institucionalidad con el problema entre Argentina y Uruguay en torno al conflicto por la instalación de las plantas procesadoras de celulosa en la margen occidental del Río Uruguay. La falta de una regulación en este sentido ha hecho que dos hermanos se peleen por la injerencia de dos corporaciones en su territorio -una finlandesa y otra española-, y que el Mercosur no tenga una forma prevista de saldar esta disputa.
En cuanto a la coyuntura política uruguaya, el representante de la central sindical remarcó que los partidos políticos han estado ajenos, negligentes y con poca falta de visión en relación a la integración, incluyendo al Frente Amplio. «Hay sectores que piensan que la salida es una chilena a la uruguaya, pero eso no es lo que se dijo cuando asumió el Frente, por lo que si hubiera algún cambio en la estrategia de integración, en este sentido, debería ser discutido», enfatizó. Valdomir también recalcó la importancia de que exista una voluntad política para reformar el Mercosur, desde una óptica de ecología política y social.
La evaluación sobre el futuro del bloque estuvo para Silva centrada en la continuidad del Partido de los Trabajadores en Brasil -país que además detenta la presidencia pro témpore-; la entrada de Venezuela como miembro pleno, que permitiría equiparar fuerzas; y la presencia de Bolivia, que tiene una izquierda de base muy parecida a la uruguaya y brasileña pero con el componente indigenista.