10 razones para rechazar TLC entre UE-MERCOSUR

10 razones para rechazar el tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el MERCOSUR

En julio de 2019 se anunció la finalización de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre el MERCOSUR y la Unión Europea (UE), que forma parte del Acuerdo de Asociación entre ambas regiones y consta además de dos pilares: político y de cooperación. Este acuerdo lleva más de 20 años de negociación y es ampliamente rechazado por centenares de organizaciones y movimientos sociales de ambas regiones, por sus formas y contenidos.

El 7 de octubre de 2020, el Parlamento europeo ratificó la no aprobación del Acuerdo en estas condiciones, a raíz de la política de desprotección ambiental generalizada del gobierno de Jair Bolsonaro en Brasil, contraria a los compromisos internacionales y al declamado objetivo de “desarrollo sostenible” contenido en el propio texto del Tratado. Sin embargo, la solución planteada desde la UE, de un protocolo ambiental anexo al Acuerdo, que implicaría sanciones sólo para los países del MERCOSUR, habla no solo de un “maquillaje verde” del texto sino de una profundización en las inequidades entre ambas regiones y bloques económicos, en detrimento del Sur.

Actualmente se observan mayores reticencias a la firma y ratificación parlamentaria del Acuerdo. La discusión para aprobar el texto estará presente en 2021, mientras se conmemoran los 30 años del MERCOSUR. Para REDES-AT es necesario seguir informando sobre los profundos impactos que la implementación de este acuerdo –y el TLC que es el pilar más codiciado por la UE y las grandes empresas– tendría en materia de derechos, gobernabilidad democrática y justicia económica, social y de género, además de sus repercusiones para la justicia ambiental.

A pesar de la escasa información accesible (los textos filtrados en 2018 y los publicados por las Partes al momento de la firma del preacuerdo en 2019) y la imposibilidad de acceder a la redacción actual de los textos negociados, la participación de REDES-AT en diversos espacios de discusión y análisis del Tratado a nivel regional e internacional, permite sintetizar 10 razones por las cuales este acuerdo debe ser rechazado.

Se pueden escuchar las 10 Razones en este podcast producido entre REDES-AT y Radio Mundo Real (RMR) https://rmr.fm/radios-comunitarias/10-razones-para-rechazar-el-acuerdo-union-europea-mercosur/

Nuestras 10 Razones para rechazar el Acuerdo UE-MERCOSUR son:

1. Profundiza la inserción periférica de la región: El acuerdo desconoce las asimetrías históricas que aún persisten entre ambas regiones y enfatiza la actual división internacional del trabajo, extractivista de bienes primarios en el Sur global y exportadora de bienes industriales con alto valor agregado y productos agrícolas fuertemente subsidiados de la producción local europea.

2. Adiós a la diversificación de la matriz productiva: Este acuerdo profundiza la actual matriz productiva concentrada en productos primarios, que implican uso intensivo de la tierra y aplicación de agrotóxicos; restringe la posibilidad de desarrollo de sectores industriales con mayor valor agregado, desarrollo tecnológico y capacidad de generación de empleo con mejores condiciones laborales, mayor calificación y mejores salarios.

3. Restringe el control público de los sistemas agroalimentarios y afecta la soberanía alimentaria y la salud: La mencionada profundización de la matriz primario-exportadora, con cadenas de producción controladas por empresas transnacionales del agronegocio, afecta profundamente la soberanía alimentaria de nuestros países y el control público de los sistemas agroalimentarios.

4. Amplifica el poder del mercado sobre lo público: Aunque, al parecer, la última versión del acuerdo no incluiría las empresas estatales que son monopolios del Estadoen los compromisos negociados por las Partes, las empresas públicas estatales pueden quedar sometidas a través de otros compromisos establecidos en capítulos como el de servicios. Y el capítulo de contratación pública somete las compras gubernamentales a la lógica y reglas del libre mercado, restringiendo severamente la posibilidad de usar este instrumento para promover el empleo y la industria nacionales.

5. Mayor protección de la propiedad intelectual: La UE negocia además marcas registradas, diseños industriales, indicaciones geográficas, patentes, protección de la información no divulgada, variedades vegetales. Esto incide en el acceso a derechos como el cuidado de la salud, el conocimiento derivado de investigaciones epidemiológicas y de enfermedades, el acceso al conocimiento y producción artística, la producción de bienes concretos como medicamentos y otros de consumo masivo, entre otros.

6. No garantiza la exclusión de los servicios públicos: El TLC establece que todos los servicios públicos quedan sometidos a las disposiciones generales del acuerdo. Es decir, que los servicios públicos provistos por el Estado en régimen de competencia con proveedores privados deberán someterse a las reglas del libre mercado y administrarse con arreglo a criterios meramente comerciales. Así, los servicios públicos dejan de ser derechos humanos garantizados por el Estado y pasan a ser mercancías a las que sólo tiene acceso quien pueda pagar por ellas.

7. Condena al MERCOSUR a la injusticia ambiental: El acuerdo profundiza el actual modelo de producción con expansión de la frontera agrícola sobre el MERCOSUR, que ha provocado deforestación y la tala indiscriminada, el acaparamiento de tierras, los incendios, los conflictos por el territorio, la exposición masiva a agrotóxicos, la contaminación transgénica del maíz, la contaminación de aguas subterráneas y la violación de derechos colectivos de los pueblos.

8. Maquillaje verde en un acuerdo que no protege el ambiente ni las comunidades: La preocupación pública -legítima- por los impactos ambientales que implicará el acuerdo está siendo utilizada por mandatarios europeos para «maquillar de verde» el texto. Una solución que plantea la UE es someter a los países del MERCOSUR al cumplimiento del Acuerdo de París sobre el cambio climático, y sus compromisos en lo que hace a frenar la deforestación, al mecanismo de solución de controversias del TLC entre ambas regiones. De esta manera supedita la protección de los derechos humanos y ambientales a las reglas y mecanismos de aplicación del libre mercado.

9. Hipoteca la construcción de una verdadera integración regional: El efecto del acuerdo en el proceso de integración impide que el MERCOSUR avance en compromisos regionales propios del bloque porque está cediendo compromisos como bloque a favor de la UE. Un ejemplo de ello son las disposiciones en materia de contratación pública y compras gubernamentales.

10. Deja un saldo cero para la democracia: El texto acordado en julio de 2019 no es enteramente de conocimiento público; gran parte de los compromisos entre las partes no fueron publicados y se desconocen completamente, lo que muestra la opacidad en este tipo de acuerdos de libre comercio. El secretismo y la falta de transparencia son enemigos de la democracia y atentan contra el acceso a la información que permitiría un debate público necesario en materias tan sensibles como las que compromete este acuerdo con la UE.