¿Cuántas líneas rojas va a cruzar Israel en Gaza? ¡Fin al genocidio ya!

Gaza
Palestinian News & Information Agency (Wafa) in contract with APAimages, CC BY-SA 3.0 , via Wikimedia Commons.

Desde REDES – Amigos de la Tierra Uruguay difundimos el comunicado emitido por Amigos de la Tierra Asia Pacífico el 14 de mayo, y traducido por Amigos de la Tierra España, ante los últimos ataques perpetrados por el ejército israelí contra la población en Rafah.

Amigos de la Tierra Asia Pacífico condena enérgicamente la ofensiva de Israel en Rafah y las graves violaciones ambientales, humanitarias y de derechos humanos que han cometido de forma sistemática a lo largo de esta invasión. Nos solidarizamos con las palestinas y palestinos y con nuestras compañeras de PENGON/Amigos de la Tierra Palestina mientras siguen enfrentándose a este desastre tanto a nivel humanitario como medioambiental.

La semana pasada, el ejército israelí emitió órdenes de evacuación a los palestinos y palestinas de Rafah, donde se habían refugiado 1,4 millones de desplazados. Desde entonces, se han intensificado los bombardeos y ataques aéreos contra la ciudad y se han atacado más zonas residenciales. La población de Gaza ya no tiene un lugar seguro al que ir y está siendo desplazada a la fuerza a zonas que no son aptas para la habitabilidad humana. Estos ataques no sólo violan las leyes internacionales, sino que además siguen privando a los palestinos y palestinas de su derecho a un entorno sano y seguro, al que todos los seres vivos tienen derecho, tal y como reconoció el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en su resolución 48/13 y posteriormente la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 76/300.

Desde que Israel comenzó su asalto a Gaza hace más de 200 días, el enclave se ha enfrentado a la devastación de infraestructuras como viviendas, escuelas y hospitales. Según Charles Birch, responsable del programa UNMAS en los territorios palestinos, en Gaza hay aproximadamente 37 millones de toneladas de escombros, más escombros que en Ucrania. Todo ello aumenta el riesgo de exposición a sustancias nocivas como el amianto y los contaminantes liberados por las instalaciones que contienen materiales peligrosos, contaminando la atmósfera y empeorando la salud pública.

Esto, junto con las fuentes de agua contaminadas y el aumento de las emisiones de carbono procedentes de las armas y los vehículos de guerra, forma parte de una creciente lista de preocupaciones sobre cómo este genocidio medioambiental ha destruido y seguirá destruyendo todos los aspectos de la vida en Gaza. Debemos tratar este asunto con la urgencia que merece.

No hay un final claro para la guerra, especialmente teniendo en cuenta que Israel rechazó la reciente propuesta de alto el fuego y redobló su intención de invadir Rafah a pesar de todo. Si no se toman medidas, las palestinas y palestinos se verán obligados a soportar niveles catastróficos de contaminación del agua, la tierra y el suelo, con efectos irreversibles a largo plazo. Ya estamos viendo estos impactos a través de la propagación de enfermedades infecciosas, la hambruna y la destrucción de la agricultura y las fuentes de alimentos. Hay que tomar medidas inmediatas para evitar que la situación siga empeorando.

Amigos de la Tierra Asia-Pacífico hace un llamamiento a todos los gobiernos para que exijan el fin de la escalada de ataques de Israel que pone en peligro los derechos humanos y medioambientales. En los últimos meses hemos visto a algunos líderes mundiales utilizar sus palabras para advertir contra una nueva escalada de las hostilidades. Pero las palabras duras y las críticas no están deteniendo el genocidio que se está desarrollando. Los gobiernos deben utilizar todos los mecanismos diplomáticos y económicos a su alcance para disuadir los ataques de Israel contra Gaza, empezando por cesar la venta de armas a Israel para evitar más muertes y daños en la tierra, detener las relaciones económicas con Israel y las empresas israelíes y considerar la posibilidad de cortar los lazos diplomáticos. Los gobiernos que no hagan todo lo que esté en su mano para detener los ataques corren el riesgo de ser declarados cómplices de genocidio.

Los movimientos sociales, incluido el movimiento ecologista, deben seguir alzando la voz en apoyo de Palestina, presionando a sus gobiernos e instituciones, contrarrestando la propaganda sionista y pidiendo que se respete el derecho internacional.