Frente a anuncios que sugieren la posibilidad de que Uruguay produzca energía nuclear, REDES-Amigos de la Tierra pone a disposición materiales publicados en su momento en la Revista Tierra Amiga, que han sido referentes en la discusión sobre qué tipo de energía queremos y por qué le decimos a la energía nuclear “no… gracias”. En breve estaremos incorporando otros artículos de Tierra Amiga y material de actualidad.
Con Ramón Legnani. (Partido Socialista)
Las centrales nucleares cuestan vidas humanas.
«(…) es necesario lanzar un debate sobre el estudio y desarrollo de energías alternativas. Si hemos concluido que una central nuclear es altamente costosa en dinero, en calidad ambiental y en vidas humanas, tenemos que sumar esos costos ahorrados y subsidiar al máximo la investigación y el desarrollo de tecnologías alternativas».Una cita a ciegas. El romance entre el gobierno y el átomo.
«En su edición del 18 de diciembre de 1990, el diario ‘El País’ titulaba: ‘El programa energético (propuesto por el gobierno a los colorados) incluiría central nuclear’, y el 16 de enero de 1991: ‘Analizan central termonuclear en el Río Negro’. Poco después, el 22 de enero de 1991, el matutino ‘La República’ avanzaba aún más en la información: ‘gobierno analiza central atómica en Paso de los Toros’; y el vespertino ‘Ultimas Noticias’ ponía una cifra en su edición del 28 de marzo de 1991: ‘Costo de la central nuclear será de 1.200 millones de dólares’… Derroteros políticos del Acuerdo de «Cooperación en los usos pacíficos de la energía nuclear».
Tras un acuerdo calculadamente ambiguo. Se viene la central nuclear.
En la discusión sobre la aprobación del Acuerdo entre Uruguay y Canadá en materia de cooperación nuclear parece olvidarse que la energía nuclear no es una opción meramente técnica, sino que supone la adhesión a ciertas creencias y paradigmas económicos y políticos. La cooperación canadiense no está libre de condicionamientos a estrategias globales, tanto políticas como militares.
Por más que venga de Canadá.
Candú: una tecnología dudosa.
«Después de 45 años de desarrollo y subsidios por varios miles de millones, la industria nuclear canadiense no logra sostenerse por sus propios medios. Los contribuyentes canadienses deben seguir subsidiándola con 200 millones de dólares anuales. Accidentes menores en los reactores de Pickering y Bruce llevaron al cierre de varios de ellos para su reparación por largos períodos de tiempo». Los problemas de la tecnología nuclear Candú.
La decadencia de la energía nuclear.
Informe sobre la buena “salud” de la energía nuclear en los dos países que más han desarrollado esas tecnologías.